domingo, 27 de abril de 2014

Del Caminante 1




Del Caminante 1






Por el camino del sol.
marchando por un sendero
engañosamente verdadero.
Un invisible arco
entre el naciente y el poniente.
Siguiendo fuegos y resplandores.
Va el poeta.

En oscuro azul cobalto
de prístinas noches de invierno.
Recorriendo constelaciones,
nebulosas  y destellos.
Encendiendo estrellas muertas
hace eones.
Por el terciopelo sideral…
Viaja el poeta.

Silbando una vieja canción.
En la luz difusa y blanca
de la luna creciente.
Fosforescencias nocturnas.
Entre espumas brillantes
de la rompiente.
En la bisagra entre cielo y mar…
Camina el poeta.

Pintado de violeta, rojo, naranja,
dorado….
En un éxtasis forjado
en el camino, eterno.
En busca del cósmico delirio
de un nuevo amanecer…

Por allí va el poeta.


                                Jorge

martes, 22 de abril de 2014

Canción de despedida para el Gigoló





Canción de despedida

 para el Gigoló





Te despertaste
desnudo y aterido,
en una cama sucia
sin siquiera un almohadón.
Te compusiste como pudiste,
y saliste a la lluvia de la tarde.
(Un poco tarde)
Y algo late entre tus sienes.
Vas caminando en una náusea,
intentando huir a gatas.
Encontraste tu camino
y no te lleva a casa.
Estás entrando
en un sopor asesino.
Te sentaste en un frío escalón.
Y te entregaste con el culo helado.
Tu Armani chorrea lluvia
y tu sudor acre.
Te saludan agradecidos
los gatos del callejón…



                                     Jorge

domingo, 20 de abril de 2014

Los Frutos de la Historia




Los frutos de la historia



Unas Palabras:
              El hombre fue cazador y recolector. Sus migraciones en busca de alimento y seguridad, tuvieron una dimensión planetaria. La grey aumentaba su número, y el espíritu observador, su mente abierta, y el hecho de ser gregarios por naturaleza, dieron lugar a la agricultura y al afincamiento de las sociedades familiares-tribales, que le permitieron a la especie su evolución hacia el pensamiento profundo, místico, filosófico, artístico. Luego…Luego el hombre se expresó y transmitió sus emociones y conceptos.
Así llegaron la escritura…y la percepción de la eternidad. Un paso que lo catapultó a
Lo largo de la historia.



                     Maíz

Caminar entre las filas.
Altas cañas…Florecidas,
con orgullosos penachos.
Y el fuerte aroma dulzón
del cereal.
Perderse en el laberinto vegetal,
entre chalas, mazorcas y rastrojos.
Criollo orgullo
que hizo grande a la gente,
que con choclos y maíz
alentó sus humanos impulsos.
Con el alma en las hileras,
sus frutos y tareas.

         
                    Arroz

Planta a planta
en los campos anegados.
Verdes retazos…
Germinadas promesas,
de vida, de trabajo.
Y cuando las espigas nacen…
El agua vuelve al río.
Para que el arroz madure
sus granos perlados,
Alimento, superación.
Grandeza y legado.


                 Trigo

El viento fresco
peina y arremolina
la cabellera dorada
del campo de trigo.
Se mece, acompasado,
el mar de espigas,
susurros y sueños.
Volveré
a los campos sembrados
a esperar el milagro.
Llenaré mi alma
con su aroma, su luz,
y su encanto.
Y esa noche…
comeré el pan amasado
por las manos del amor.
El pan…Sagrado.
En él, la vida, la historia
y la gloria
de todos los humanos.


                           Jorge

viernes, 18 de abril de 2014

Cien Años





Cien Años




Ya he muerto tantas veces…
Tantas veces formé parte
del luto de mi gente.
Muerte…..
la muerte original y legítima.
la que vacía las almas
de la carne inerte.
Aquella que abandona los envases
contenedores del espíritu.
Tantas….tantas veces.
Cuando se ocupa de conducir
las almas entre las tinieblas
del llanto y el dolor.
Cuando debe afrontar su labor…
Con la fuerza  del espíritu
que nunca fue carne…
Y. sin embargo crece.
Se agiganta en el dolor
de la pérdida física
del poeta…del soñador.
De la eterna realidad
plasmada en la humedad
selvática.
 Y la hojarasca
que el viento transporta
en su vuelo de ilusión.
Ay!…soledades
 de mariposas amarillas.
Cuanta magia repetida
entre años de solitarios
sueños laberínticos,
 Soñar…atado bajo
 el  árbol del patio
y un sopor de años...
Una muerte más.
Y el estreno de una nueva orfandad:
 La mía;
 humilde amante del verbo,
inclinado hacia el dolor.
Soledad…
entre selvas y pantanos….
Entre sueños y pasión.
Adiós, Coronel.
Siempre tuviste quien escriba
Ya lo sabes.
Sabes quien se marchó.
Quien terminó tu historia,
de magia, dolor, y vida.
Los sueños y la eterna agonía…
 de Macondo.
Oculta patria escondida
de los hombres
de pasión.

                     Jorge


lunes, 14 de abril de 2014

Barrio solo





Barrio solo



En las calles sin nombre
los hijos del tiempo
son sombras sin horas.
Las vidrieras ignoradas
parecen curvarse
sobre baldosas castigadas.
En el cuadrante de la plaza,
las hojas caídas
duermen su sueño
de soledades vespertinas.
Los postigos abiertos
y el vaho tibio
del ruinoso comedor,
alientan fatigas de alcohol,
y guisos dudosos
que calman ansiosos deseos.
Ecos de últimos pasos
reverberan en el empedrado,
mojado y oscuro,
Entre los sucios intersticios
las hierbas insisten en lo suyo.

Por hoy el mundo acabó.
Entre el macadán y las veredas
de ese universo.


                            Jorge

jueves, 10 de abril de 2014

Por la noche



Por la noche

                                                          No podemos ser ingénuos al tratar los sueños.
                                                           Se originan en un espíritu que no es totalmente humano
                                                          sino más bien una bocanada de la naturaleza.
                                                                                                    Carl Jung


Una celda aislada.
Un cubo reseco en la planicie desierta
Una dudosa morada sin puertas ni ventanas.
La ermita sin tiempo, ni paisaje
que distraiga los exacerbados sentidos.
Ni el dolor, que late impaciente
en las torturadas sienes.
(Lo que tienes para dar…)
Una alta claraboya
y la luminosidad mortecina
de un agónico sol rojizo.
Soñar el mundo con la fragilidad de su vida,
fuera de tu extraño búnker.
Negarte a la maza y el derrumbe liberador.
Soñar.
La noche cae. Abrupta como un impacto.
A través del vidriado cielorraso
una sola constelación, que se derrama…
Y la luna que invade el viciado aire
con restos de partículas estelares
cayendo lentas…brillantes.
Un claustro sin sentido
para un santón sin motivos.
( ni vocación)
Pesadilla de un hombre solo.
(como la una de la noche)
Despertar en sudores y lágrimas,
y el lento reconocimiento
de la nocturna realidad.
Recobrar el aliento y esperar.
Desvelo.
A las tres de la madrugada
llega, al fin, el ladrido de un perro.
Y el río vuelve a su caudal.


                                          Jorge.

martes, 8 de abril de 2014

Entiende




Entiende


Hambre.
En las noches ácidas.
Regusto y amargo dolor.
La insólita certeza
de la brutal existencia
de la locura salvaje
de la autoantroporagia…
Vísceras devorándose.
Hambre.
Que nunca terminaré de contarte.
Que acapara la razón.
Que nubla sentimientos.
Que medra en la oscuridad
alargando la vigilia.
Dibujando en la noche
imborrables estigmas.
Hambre.
Que no acallará las voces y la canción
El arte parido entre la carencia
y la comprensión.
El que habla de justicia,
libertad.
Amor…
En la penumbra del amanecer
En el despuntar de un día nuevo
Promesa de alumbramiento
y vida.


                           Jorge

lunes, 7 de abril de 2014

Pasos de Otoño



PASOS DE OTOÑO



Llega lento
con su sombrero de paja.                                                                        
Silbando las voces del viento.
Jugueteando a arrastrar
sus pies entre la hojarasca.
Levantando variopintos torbellinos.

¿Cuanto de mí
 Baila en sus pasos?

¿ Es que no reconoces
estos ritmos y emociones?

Otoño, estoy aquí,
esperándote.
El parque ya extendió
su crujiente alfombra.
Son rojas, doradas, púrpura,
pardas, terrosas.
Hojas de mareas
hojas…baldosas tapadas.
Caminos de nostalgia.

Ya deja que te acompañe.
¿conoces la vieja magia?

Este es tiempo de ilusiones.
Ya se vislumbra
el hielo diamantino
de las lejanas cumbres
nubosas.


                            Jorge

La Pira




La Pira





Tus ojos me poseen
como si quisieran tomarme,
y hacer con mi imagen
un retrato anclado
en los confines de tu misterio.
Solo vernos...
y el torbellino que nos invade
nos quema en una pira
embravecida por la fragua del deseo.
Tiemblo en la ansiedad
de tu próximo contacto.
Llega el abrazo con fuerza,
y nos amalgamamos
hasta quedar inmersos
en rutilantes contracciones
que arroban los sentidos.
Y bailamos la danza
de de los cuerpos...
fundidos en un cuasi
único ente doble;
hasta perdernos
en el dulce abandono
hijo del amor, de la vida,
y de un instante inmensurable
de bella, tibia...
ínfima muerte.

Jorge.


domingo, 6 de abril de 2014

Tiembla




Tiembla


( a Arica y su gente)


Un hondo y grave rumor
ronca admoniciones
desde la entraña mineral.
Hondo….
Muy hondo la tierra puja
hirviendo sus sangre en magma.
Rasgando sus grietas…
Heridas viejas que despiertan.
Un sonido llega.
Galope de una fantasmal
tropilla de cimarrones
potros  golpeando
con cascos destructores…
avisan el Apocalipsis por llegar.
Tiembla.
La avenida mueve olas
de un surrealista mar de asfalto.
Las campanas de la iglesia
tañen por  telúrica voluntad.
En la playa, el mar
se retira raspando arenas.
Tomando impulso para golpear,
con puño de hielo y sal,
el viejo puerto, quebrar cascos,
cortar maromas.
La tierra, bronca,
repite y repite las réplicas
como hipo maldito de furia.
Se calmará lerda
susurrando amenazas como ecos.
Cicatrices que escuecen
en la memoria de los pueblos.


                                Jorge

miércoles, 2 de abril de 2014

La fragua del viento





La Fragua del Viento



El aire candente
se abate sobre el caserío
como aliento de fuego
de una deidad impía.
Las calles empinadas
callan soledades.
La siesta es de encierro.
Entre las esparcidas piedras
de las cercanas ruinas,
el soplo de muerte
reseca la momia
de un perro sin suerte.
Sus labios contraídos
mostrando los dientes
en una extraña sonrisa tensa.
Burlona puesta estática…
Escena detenida
en el árido teatro
del silencio y la sequía.
Sin plateas ni taquilla.
El sonda sopla
calladas amenazas
con fuego sin llamas,
entre las casas,
los valles y los montes.
Hasta los viejos cardones
con sus brazos en alto…
Desde donde el pájaro azul
jadea su canto.

                        Jorge